ALIMENTACIÓN Y DEGENERACIÓN MACULAR
¿Puede la nutrición ayudar a combatir la degeneración macular?
Gracias a los avances en la investigación, hoy existen mejores formas de tratar la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) que hace veinte años.
En la actualidad, hay unos once millones de estadounidenses que padecen DMAE, y se prevé que esa cifra se duplique hasta los veintidós millones en el año 2050 (1).
El tratamiento puede incluir cirugía, nutrición y medicación.
Uno de los primeros síntomas de la degeneración macular es la visión borrosa. A medida que la DMAE avanza, la mácula se deteriora y, si no se trata, puede provocar ceguera.
Los 5 principales factores de riesgo de la DMAE son:
– La edad: la DMAE es más frecuente en personas mayores de sesenta años.
– El tabaquismo
– Antecedentes familiares de DMAE
– Obesidad – Índice de masa corporal (IMC) de 30 o superior
– Presión arterial alta
Aunque algunos estudios sugieren que el consumo de verduras de hoja verde y pescado azul puede ayudar a prevenir la enfermedad, las investigaciones más fiables se han realizado en personas que ya tienen DMAE.
Los estudios sobre las enfermedades oculares relacionadas con la edad (AREDS) y AREDS2 evaluaron los efectos de altas dosis de ciertos nutrientes en la progresión de la DMAE.
El AREDS2 modificó el suplemento derivado del primer estudio y llegó a las siguientes indicaciones: 500 mg de vitamina C, 400 UI de vitamina E, 80 mg de zinc, 2 mg de cobre, 10 mg de luteína y 2 mg de zeaxantina.
Se comprobó que esta combinación reducía el riesgo de DMAE avanzada y la pérdida de visión asociada a ella (2).
Aunque muchos de estos nutrientes pueden obtenerse gracias a la comida,, sería prácticamente imposible consumir la cantidad necesaria cada día para tratar la degeneración macular. Hable con su médico y siga sus instrucciones.
Los nutrientes que contienen los siguientes alimentos pueden ayudar a combatir la DMAE:
– Vitamina C: cítricos, como naranjas, pomelos, clementinas, limones y fresas.
– Vitamina E : semillas de girasol, almendras, cacahuetes y algunos aceites vegetales.
– Zinc: ostras, carne de vacuno, cereales enriquecidos y cangrejo real de Alaska.
– Cobre: mariscos, frutos secos, semillas, cereales de salvado de trigo y chocolate, ¡sí, chocolate pero negro y por encima del 80% de cacao.
– La luteína y la zeaxantina son antioxidantes que protegen al ojo de los daños causados por la luz solar: Son abundantes en las verduras de hoja verde, como la col rizada, las espinacas y los nabos.
Se obtienen mayores cantidades en su forma cocida simplemente porque estas verduras se cocinan, y hay más alimento en una taza de espinacas cocidas que en una taza cruda. La cocción también facilita la absorción de estos nutrientes por parte del organismo.